


Un nuevo verano, el quinto que celebramos el talento y la creatividad de mujeres cineastas y profesionales del sector audiovisual, con un ciclo de
cuatro películas que no solo busca promover la igualdad de género en el cine, sino también ofrecer al público una amplia gama de historias y experiencias contadas desde la mirada femenina, que refleje la multiplicidad de voces y experiencias.
El Patio Blanco de la Diputación de Córdoba se convierte, en un espectáculo colectivo donde construimos una experiencia compartida, a través de la presentación de la película y posterior reflexión y debate sobre la misma, invitando para ello a personas que puedan aportar una visión más amplia sobre el cine como expresión artística y como generador de historias sobre la condición humana, la sociedad y el mundo que nos rodea.
De nuevo contaremos con la presencia de MAIZCA (Movimiento de Acción e Intercambio con la Zona Centroamericana) que nos ofrecerá refrescos y bocadillos para obtener fondos de apoyo a sus proyectos de desarrollo con mujeres en Sololá (Guatemala)

Soy Nevenka es el duodécimo largometraje como directora de Icíar Bollaín, la cineasta vasca vuelve a los hechos reales tras hacerlo con Maixabel, con gran éxito de crítica y público. Ahora aborda el famoso caso de acoso sexual en el Ayuntamiento de Ponferrada. Mireia Oriol y Urko Olazabal, interpretan a Nevenka Fernández e Ismael Álvarez, alcalde de Ponferrada condenado por acoso sexual. Nevenka Fernandez, valientemente consiguió ganar la batalla legal, sola frente a una sociedad que no supo estar a la altura.

La actriz Paola Cortellesi, ha elegido para su debut como directora un crudo melodrama, con algún alivio de humor. Un film que supuso una sensación en Italia, batiendo en taquilla y espectadores a éxitos internacionales como ‘Barbie’. Cortellesi reinterpreta, con un guion ágil, que firma con Furio Andreotti y Giulia Calenda, el cine neorrealista y la comedia alla’italiana en clave feminista. Los personajes están bien definidos; las interpretaciones, ajustadas, y la dirección artística y la fotografía, muy cuidadas.

La película mas controvertida de la última temporada, odiada y alabada a partes iguales, al mismo tiempo es musical, thriller, melodrama de intriga. Un trabajo diferente y nada convencional que habría que ver antes de ensalzar o desdeñar.
A Jacques Audiard, le gusta cambiar. Le gustan las personas y las historias marginales, y se siente especialmente atraído por las historias criminales; gran parte de una de sus mejores películas, «Un profeta» transcurre en la cárcel. También le gusta entrar y salir de los géneros jugando con sus convenciones y, a veces, socavándolas, dotando a sus personajes de contradicciones y heterodoxia.
Los números de canto y baile, son íntimos, pensamientos privados, y se integran a lo largo de toda la película. Tanto Zoe Saldaña como Carla Sofía Gascón son muy atractivas y sinceras en sus respectivos papeles. Gascón, una actriz trans dota a Emilia Pérez de una lúcida expresividad que nos permite acercarnos a las emociones conflictivas que laten bajo su piel. Audiard ha creado un elaborado marco para Emilia, cuyo deseo de convertirse en su verdadero ser resulta conmovedor. La suya es a la vez una verdad personal y un nuevo tipo de búsqueda heroica. Audiard ha creado a Emilia para sobresaltar y divertir, pero es la interpretación de Gascón la que centra y fundamenta la historia, y es la actriz quien finalmente da a la película lo que realmente está en juego. Ella es su corazón y su alma.

Laura Hojman nos vuelve a seducir con este trabajo sobre Agustín Gómez Arcos, un artista, un gran intelectual desconocido por completo en España, su país de origen.
Después de «Los días azules» 2020 y «A las mujeres de España. María Lejárraga» 2022, ambos documentales nominados a los Goya, y ambos trabajos presentados en el entorno veraniego del patio blanco, nos encontramos una vez mas, con la directora Laura Hojman y el productor Guillermo Rojas para que nos presenten a este poeta, novelista y dramaturgo, exiliado por sus problemas con la censura y dos veces finalista del premio Goncourt en Francia.
Un hombre libre reivindica la figura de Agustín Gómez Arcos, nacido en Almería en 1933 y fallecido en París en 1998.
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