Todo lo que sucede alrededor de Robot Dreams es casi milagroso. En primer lugar, la película, un hito no solo del cine de animación sino del cine de la emoción: una narración sin diálogos, puro ritmo, que engancha al espectador .
Un viaje directo hacia el amor y la amistad sin sortear el reverso de sufrimiento que esconde cada sentimiento.
Dog, un solitario canino de Manhattan, toma la audaz decisión de construir un robot para aliviar su soledad. Con el tiempo, su amistad florece, fusionando dos almas en medio del vibrante Nueva York de los años ochenta. Sin embargo, en una noche de final de verano, Dog se ve forzado a dejar atrás a su querido Robot en una playa, dejando en el aire una pregunta conmovedora: ¿será posible su reencuentro en el futuro?
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