

Para la presentación y debate posterior a la película, nos acompañará la socia y amiga de CineCercano Carmen Ruiz Navarro.
Esta película obtuvo tres premios en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) entre ellos el de mejor actriz a Eka Chavleishvili, que interpreta a Etero, y nos ofrece una actuación maravillosa como una mujer madura que experimenta el amor por primera vez. Su interpretación es conmovedora y llena de matices, capturando la mezcla de asombro, alegría y nerviosismo que acompaña al primer amor, así como la determinación de mantener su independencia. El interés amoroso de Etero, refleja una conexión genuina y una química natural que hace que su relación sea creíble y entrañable. Nuestra protagonista, es muy inteligente e intuitiva y vive en contradicción entre su instinto de independencia y autonomía y lo que la pequeña comunidad en la que vive, espera de ella.
La directora georgiana Elene Naveriani se inspira para crear Blackbird, Blackberry (Shashvi shashvi maq’vali, 2023) en una novela de la escritora activista Tamta Melashvili de la que le sedujo la fuerza del personaje femenino, su edad madura y que podría ejercer una identificación en el público, según cuenta en una entrevista publicada en Cineuropa, con motivo de su inclusión en la Quincena de cineastas en Cannes. Naveriani deseaba extraerla del relato dándole un cuerpo para materializarla, al considerarla un icono..
Para saber mas:
BLACKBIRD, BLACKBERRY: NUNCA ES DEMASIADO TARDE PARA VIVIR
• “Blackbird, Blackberry” (Naveriani, E., 2023) se proyectó el pasado 9 de marzo en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras, con una ocupación de la sala del 60 o 65 por ciento, y un rango de edad de entre los 30 y los 70 años.
• Esta película de la cineasta georgiana Elene Naveriani relata la historia de Etero, una mujer adulta que se ve en el dilema de experimentar el amor por primera vez siendo una mujer adulta en un pueblo tradicional georgiano lleno de prejuicios y convencionalismos. Etero tendrá que decidir si vivir bajo el yugo de la mentalidad retrógrada del pueblo o si salir de éste para vivir la vida que realmente quiere. Es, como en la mayoría de las películas drama-documental, una autobiografía de la directora.
La apertura y cierre de créditos se edita en un fondo negro, con rótulos rosa fucsia, ya nos adelanta una película madura con toques feministas.
El filme empieza con tres símbolos que serán clave para la narración: el rabión del río, el mirlo y las zarzamoras. Todos anuncian algo a la protagonista, siendo el rabión el augurio de un acontecimiento dramático que le sucederá a la protagonista, la zarzamora que se repetirá en forma de mermelada y fruta como momentos de placer y el mirlo y su canto, que auguran una noticia inesperada revelada al final del filme y que cierra la narración de forma simbólica. Junto al río, destacamos la caída del terraplén, un suceso cercano a la muerte que se manifiesta en ella viéndose en tercera persona fallecida, presagio de una posible enfermedad, representado con filtros fríos en la cámara.
Etero es una mujer muy reservada y distante, lo que se manifiesta en un trato frío con los demás y el uso de muy pocos diálogos a lo largo de la película, aunque concluimos que la expresión de los sentimientos se hace a través de silencios y primeros planos del rostro de la protagonista.
Naveriani le da un gran protagonismo a la naturaleza y al paisaje mediante planos generales y la sustitución de diálogos por sonidos ambientes del entorno natural, lo cual podría evocar a un recuerdo del pueblo natal de la directora.
También podemos hablar de la representación del modelo tradicional patriarcal que se vive en el pequeño pueblo de Etero, en el que las mujeres realizan tareas “hechas” para las mujeres, mientras que los hombres se encargan de otras “más masculinas”. Además, se repite a lo largo del filme el mismo discurso que hace que la protagonista se vaya del pueblo: una mujer no es nada sin un hombre, está destinada para casarse, y Etero ya es considerada mayor para ello, además de la virginidad como ese paso para convertirse en mujer como parte de un rito sociocultural no escrito. Es por eso por lo que al conocer y enamorarse de Murman, se desmontan todos los esquemas sociales. También podemos apreciar algunos detalles de sociedad tradicional en cuanto a religión, apariencias y pensamiento arcaico, y, sobre todo, parte de ese patriarcado, la competitividad y desapoyo entre las mujeres del pueblo a la hora de juzgar y criticar cómo viven la vida otras mujeres.
La cineasta georgiana ha sabido representar a la perfección las escenas íntimas, no son nada vulgar o pornográficas, sino que nos cuentan una historia de amor entre dos personas, y consigo misma, los desnudos se representan en planos generales como una admiración al cuerpo humano y las escenas son carentes de música de fondo, dando protagonismo a esos besos y gemidos que son una parte tan expresiva de la relación sexual.
La música es tradicional romántica georgiana y se inserta en momentos clave, como la pérdida de la virginidad o la noticia traída por el mirlo al final de la película, para enfatizar la importancia del suceso para la narración.
• El público que asistió a la proyección destacó otros puntos interesantes de la película:
El cambio vital que sufre la protagonista, de tener una vida tranquila y monótona, a los acontecimientos dramáticos que le suceden y que desembocan en un final que cambia por completo su vida para siempre. También destacan lo lento que es el ritmo del pueblo que “choca” con el cambio que quiere hacer Etero ante la disconformidad de su vida.
El diálogo y las mujeres: las mujeres tradicionales del pueblo dirigen preguntas malintencionadas a Etero, las mujeres de la droguería se preocupan por ella, las hijas jóvenes de esas mujeres le dan a conocer nuevas perspectivas de vida; mientras que el diálogo con Murman es más profundo por la parte de Etero, pero él no le dirige las preguntas de la misma forma. A pesar del contexto familiar con las figuras masculinas en la vida de la protagonista, elige una figura masculina para compartir su amor que la entiende y la quiere, es decir, a pesar de todo, elige vivir, sentir y amar.
Hay un contraste de color en las escenas de exterior, muy frías y sobrias, como es el pueblo y la sociedad de Etero, mientras que las de interior son saturadas, cálidas con colores vivos, como lo es la intimidad de ella.
Ángela Griñón Muñoz
CineCercano proyectó el pasado 9 de marzo “Blackbird, Blackberry” (Elene Naveriani, 2023) en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras.